2 OPCIONES.
1ª OPCIÓN.
PRIMERA LECTURA. Romanos 2,1-11.
1Por eso tú, amigo, el que seas, que te eriges en juez, no tienes disculpa; al dar sentencia contra el otro te estás condenando a ti mismo, porque tú, el juez, te portas igual.
2-Pero, ¡sabemos que Dios condena con razón a los que obran de ese modo!
3-Y tú, amigo, que juzgas a los que obran así mientras tú haces lo mismo, ¿te figuras que tú sí vas a escaparte de la sentencia de Dios? 4¿O es que no das importancia a su inagotable benignidad, a su tolerancia y a su paciencia, sin darte cuenta de que la benignidad de Dios te está empujando a la enmienda?
5Pues con la dureza de tu corazón impenitente te estás almacenando castigos para el día del castigo, cuando se revelerá el justo juicio de Dios, 6que pagará a cada uno según sus obras. 7A los que perseveraron en hacer el bien, buscando gloria y honor que no decaen, les dará vida eterna; 8a los que por egoísmo se rebelaron contra la verdad y se afiliaron a la injusticia, les dará un castigo implacable.
9Aflicción y angustia tocarán a todo el que comete el mal, en primer lugar al judío, pero también al griego; 10gloria, honor y paz a todo el que practica el bien, en primer lugar al judío, pero también al griego. 11Porque Dios no tiene favoritismos;
Explicación.
Pablo usa el estilo de la diatriba, creando un objetor ficticio. Como éste es judío, Pablo se pone a su nivel y acepta sus premisas, que no son las cristianas. El judío admitía el juicio por las obras, y Pablo argumenta ad hominem. Por poseer la Ley de Moisés y llamarse "judío", creía tener cierta inmunidad respecto al juicio de Dios. Armado de la Ley, podía juzgar al resto de la humanidad; por otra parte, la beningnidad, tolerancia y paciencia que Dios ha mostrado en la historia de Israel lo persuadía de que Dios castiga a los israelitas con menor severidad que a los otros pueblos (1-4). Amigo (1.4), lit. "Hombre".
Pablo lo desengaña. El conocimiento de Dios se ha dado para que guíe la conducta del hombre (5-8). No hay diferencia entre judío y no judío (9-13),
SALMO. 62,2-3.6-7.9.
2Sólo en Dios está el descanso, alma mía,
de él viene mi salvación.
3EI sólo es mi roca, mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
6Sólo en Dios descansa, alma mía,
de él viene mi esperanza.
7ÉI sólo es mi roca, mi salvación,
mi alcázar; no vacilaré.
9Vosotros confiad siempre en él,
desahogaos con él,
Explicación.
62 Es una profesión de confianza en solo motivos y una invitación a otros. Se parece al salmo 4, del que difiere por el repertorio imaginativo. A primera vista tiene un desarrollo sacudido, por los cambios repentinos de persona, enunciando, interpelando, expresando. En una segunda lectura se aprecia la coherencia poética. De un diálogo interior arranca una interpelación a un grupo anónimo, justificada por una reflexión; se repite el proceso, pero la interpelación se dirige a otro grupo opuesto, al cual pertenece él; al final, el Dios referido en tercera persona invade como un tú la conciencia del orante, el cual pasa de su experiencia y reflexión humana a un mensaje profético.
Expuesto en una serie de imágenes, el poema tiene un tema metafísico: la contingencia del hombre, de su ser y obrar, y su punto de apoyo esencial. Cumbre roqueña, alcázar y refugio, muro y tapia, balanza y soplo. El poeta, aunque conoce otras mentiras que socavan el orden social (5), descubre en el hombre, sin distinción de clases sociales, una "mentira" radical (10): parece ser y no tiene consistencia. El hombre (cfr. Sal 39), la humanidad entera es "un soplo". Teme disiparse y busca lastre y puntos de apoyo.
Construye estructuras: "alturas" de dignidad o poder, muros que acogen y resguardan. Se apoya en la "opresión", haciendo de 105 demás plataforma en que afianzarse; se apoya en el "robo", en el despojo, sobre todo del desvalido. Se apoya en la riqueza, que va creciendo justa o injustamente. La última palabra del salmo es "sus obras": ¿quiere decir que el punto de apoyo son las obras?, ¿que el hombre, aunque no sea, se hace, es éticamente artífice de su destino? -Toca a Dios señalar el peso de cada uno, retribuirle el peso de sus acciones.
62,2 Seis versos comienzan con un 'ak enfático, que traduzco por "sólo".
62,9 El paso a la exhortación transforma el singular "refugio mío" en plural, "refugio nuestro". "Desahogarse" es a la letra "derramar el corazón", como un recipiente colmado de sentimientos.
Transposición cristiana.
El tema de las riquezas resuena en el sermón de la montaña, Mt 6, también en 1 Tim 6,17 y Sant 4,13s; 5,1-6. Es frecuente el tema de la retribución: Mt 16,27; Rom 2,6; Ap 2,23.
EVANGELIO. Lucas 11,42-46.
42 Pero, ¡ay de vosotros, fariseos! Pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda verdura, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. ¡Esto había que practicar!, y aquello ..., no descuidarlo.
43 ¡Ay de vosotros!, fariseos, que gustáis de los primeros asientos en las sinagogas y de las reverencias por la calle!
44 ¡Ay de vosotros!, porque sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo.
45 Intervino un jurista y le dijo:
- Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros.
46 Jesús le replicó:
- ¡Ay de vosotros también, juristas, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros ni las rozáis con un dedo!
Explicación.
Tres malaventuranzas (42-44) contra los fariseos (cf. 6,24-26); a) escrúpulo en lo insignificante y omisión de lo importante (42); no cumplen ninguno de los mandamientos (cf. 10,27); b) la ambición de honores (43); c) teniéndose por puros (= con sus principios y conducta cierran a los hombres el acceso a Dios) (44).
Los juristas se sienten ofendidos y Jesús los ataca de frente (45-52).
2ª OPCIÓN.
Primera Lectura. Efesios 3,14-19
Explicación.
Libre acceso al Padre (14); el que da el apellido etc., lit. "de quien toda familia... tiene su nombre"; el nombre que un padre transmite y que caracteriza a los de su familia es, en nuestro tiempo, el apellido (15). No basta conocer, hace falta la experiencia del Espíritu (16). Éste da una fuerza interior que capacita para prestar una adhesión incondicional a Jesús, identificando con él y con su obra salvadora (Mesías); de esta adhesión se deriva la entrega por amor, que llega a constituir el fundamento de la existencia (17). Vivir en el amor dilata sin medida el horizonte del hombre y da la experiencia del inefable amor salvador de Jesús, que revela el ser mismo de Dios (19).
Salmo. 23,1-6
Ez 34; Jn 10
1 El Señor es mi pastor: nada me falta.
2 En verdes praderas me hace recostar,
me conduce hacia fuentes tranquilas
3 y repara mis fuerzas;
me guía por senderos oportunos
como pide su título.
4 Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo: Tú vas conmigo;
tu vara y tu cayado me sosiegan.
5 Me pones delante una mesa
frente a mis enemigos.
Me unges con perfume la cabeza,
mi cabeza rebosa.
6 Tu bondad y lealtad me escoltan
todos los días de mi vida;
y habitaré en la casa del Señor
por días sin término.
Explicación.
23. Este salmo es uno de los favoritos del salterio: por la tradición de David pastor y por la culminación en la imagen del Buen Pastor. También por su sencillez y riqueza: en dos imágenes o escenas de conjunto comprime un número inesperado de símbolos elementales. Las imágenes son dos: el pastor en 1-4, el anfitrión en 5-6. El verso central, 4b, se une a lo que precede por la imagen, a lo que sigue por la aparición de la segunda persona.
La imagen del pastor está desarrollada con realismo y concreción, por medio de rasgos breves que evocan la escena. Hay que dejarse conducir por la imaginación, sin espiritualizar: el césped verde con una fuente, para tumbarse, reposar y recobrar fuerzas; las roderas del camino, la cañada al oscurecer, la vara que encamina con un toque y el callado que golpea rítmica y sonoramente el suelo. La imagen suelda dos planos de significado en una arista común, desde la cual se dominan ambas vertientes en mirada simultánea. Lo dicho de las ovejas vale del hombre; lo personal se adelanta a primer plano en el "tú vas conmigo".
La imagen libera varios símbolos, arquetípicos o culturales. La imagen del pastoreo se inscribe en las relaciones del hombre con los animales, dominados y domésticos. El verde aplaca los ojos, revela a la tierra materna y acogedora. El agua quita la sed y suscita energía vital. El caminar es experiencia radical. La oscuridad evoca miedos infantiles y temores no aclarados; en ella se siente con más fuerza la presencia amiga. La potencia simbólica de estos rasgos no se agota en la primera lectura.
La imagen del huésped. En la cultura nomádica es fundamental la hospitalidad. Podemos imaginar un fugitivo de su clan que pide asilo. El jeque lo acoge en su tienda, le ofrece protección, comida y bebida, ungüentos aromáticos. Al observar la escena los enemigos perseguidores se detienen en la puerta o cortina: el jeque lo protege. Cuando ha terminado, el jeque le ofrece una escolta que lo acompañe en el camino hasta casa, que es la casa del Señor. Esta parte añade los símbolos de comer y beber.
Las tradiciones del éxodo nos dan una clave para comprender la unidad de las dos imágenes: el Señor guía a su pueblo por el desierto como a un rebaño, buscándole agua y comida y reposo. Cuando llegan a la tierra prometida, el Señor los recibe como anfitrión en su territorio: Éx 15,13; Sal 68,11; 77,21. Dos veces el poeta interrumpe el descanso con el camino, no lo contrario. ¿Toda la vida en camino o una morada final en el templo? El poema termina con una tensión no resuelta, como si una y otra vez se volviera a empezar.
23,1 Es frecuente la imagen de Dios pastor: Sal 78,52; 80,2; Is 40,10s; Jr 23,4.
23,3 El hebreo shem puede significar nombre, título, fama. Aquí encaja mejor lo segundo.
23,4 "Me sosiegan": el verbo es frecuente en Is II: 40,1; 49,13; 51,3.12.19; 52,9.
23,5 El uso de perfumes en los banquetes está atestiguado abundantemente.
23,6 "Bondad y lealtad" personificados como escolta.
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.
Jn 10,1-18 presenta a Jesús como el bueno o auténtico pastor (Ez 34). La primera carta de Pedro sintetiza en la imagen cristología con eclesiología: 2,25; 5,2-4. A partir de esos datos se puede conducir una reflexión sobre símbolos del salmo y sacramentos.
Evangelio. Mateo 11,25-30
25 En aquella ocasión exclamó Jesús:
- Bendito seas, Padre, Señor del cielo y tierra, porque, si has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, se las has revelado a la gente sencilla;
26 sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien.
27 Mi Padre me lo ha entregado todo; al Hijo lo conoce sólo el Padre y al Padre lo conoce sólo el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
28 Acercaos a mí todos los que estáis rendidos y abrumados, que yo os daré respiro.
29 Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy sencillo y humilde: encontraréis vuestro respiro,
30 pues mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
EXPLICACIÓN.
25 - 30. Los intelectuales no entienden las obras del Mesías, pero sí el pueblo sencillo. Es la ausencia de todo interés torcido lo que permite discernir el plan de Dios. (11,19b). Los sabios y entendidos (Is 29,14): sus mezquinos intereses inutilizan su ciencia. Me lo ha entregado todo, cf. 1,23: "Dios con nosotros"; 3,17; "mi Hijo", La relación íntima entre Jesús y el Padre, por la comunidad de Espíritu (3,16); sólo conoce al Padre quien recibe el Espíritu de Jesús y experimenta el amor de Dios como Padre. El conocimiento de Dios a través del estudio de la Ley (sabios y entendidos) no es verdadero conocimiento. Se atribuye al Padre o a Jesús o que depende de la disposición del hombre (27). "Cansados y agobiados" por la enseñanza de los sabios y entendidos. Jesús es maestro, pero no domina (28). Yugo, las exigencias que se derivan de su mensaje. Para acercarse a Dios no hay que observar la Ley, basta con acercarse a Jesús.
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