martes, 1 de enero de 2019

8 DE FEBRERO

PRIMERA LECTURA. Hebreos 13,1-8.

 1Consérvese el amor fraterno. 2La hospitalidad no la echéis en olvido, que por ella algunos, sin saberlo, hospedamos ángeles. 3Acordaos de los presos como ligados con ellos y de los maltratados, que también vosotros vivís en un cuerpo.
                      4Valoren todos el matrimonio y no deshonren el lecho nupcial, porque a los libertinos y adúlteros los juzgará Dios.
                      5La conducta será desinteresada, conformándose con lo que uno tiene, pues él ha dicho: "Nunca te dejaré, nunca te abandonaré" (Dt 31,6). 6Con esto podemos decir animosos: "El Señor está conmigo, no temo; ¿qué pdrá hacerme un hombre?" (Sal 118,6).
                     7Acordaos de aquellos dirigentes vuestros que os expusieron la palabra de Dios, y, teniendo presente cómo acabaron su vida, imitad su fe.
                     8Jesús Mesías es el mismo hoy que ayer y será el mismo siempre.

Explicación.

 El amor ha de ser demostrado con actos concretos: La hospitalidad era muy estimada tanto por los judíos como por los griegos; alusión a los episodios de Abrahán y Lot con los visitantes/ángeles (Gn 18-19) (1-2). Solidaridad con los que sufren persecución, recomendada también por los filósofos estoicos (3). 

                Moralidad conyugal; los judíos criticaban la inmoralidad de los paganos y no dudaban del castigo divino para esos desórdenes (4). 

                Despego del dinero, ideal propuesto también por los filósofos; conformándose con lo que uno tiene, cercano del principio estoico de la "autosuficiencia"; confianza en Dios (Dt 31,6; Jos 1,5; Sal 118,6) (5-6). 

               El recuerdo de los líderes se encuentra también en Gál 6,6 y 1 Tes 5,12; imitar la coherencia de estos hombres, que dieron la vida por el mensaje que habían enseñado (7). 

               Jesús Mesías no cambia; el Jesús glorioso (hoy) es y se comporta como el Jesús histórico (ayer) y así seguirá siempre (mañana). Adoptar doctrinas y observancias opuestas a su mensaje, probablemente judías (prescripciones alimentarias), considerándolas medios para agradar a Dios, equivale a separarse de él (8-10).
 
SALMO. 27,1.3.5,8-9.

1 El Señor es mi luz y mi salvación:
¿a quién temeré?
el Señor es baluarte de mi vida:
¿de quién me asustaré?
3 Si un ejército acampca contra mí,
mi corazón no teme;
si entran en batalla contra mí,
aun así yo confío.
5 El me guarecerá en su cabaña
a la hora del peligro;
me esconderá en lo escondido de su tienda,
me alzará sobre la roca.
8 -"Buscad mi rostro".
Mi corazón te dice:
-Yo busco tu rostro, Señor:
9 no me ocultes tu rostro.
No apartes con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me rechaces, no me abandones,
Dios de mi salvacón.

Explicación.

 27, 1-6 La primera parte está dominada por la imagen bélica, que contagia cotros detalles; el templo, sin dejar de ser "cabaña y tienda", es roca defensiva. Sucede una doble elevación: el templo, refugio bélico provisorio, asciende a morada permanente, de edificio donde habitar a lugar donde estar con Dios. Asediado, el orante se esconde. En ese recinto pasa de la "observación" sensible a la "contemplación" espiritual. Allí supera los miedos que atenazan y se entrega al canto gozoso. Su fuga ha sido una huida hacia dentro y hacia arriba (5).

27,1 Los tres títulos de Dios son un programa. Luz: Sal 36,10: Salvación Sal 18,3.47; baluarte Sal 31,3.5. Sobre el temor: Jr 1,17; Is 51,12.

27,2 "Tragarme vivo": a la letra "comer la carne"; Is 9,19; 49,26.

27,4b Coincide conel final del Sal 23. Habitar vitaliciamente en el templo es privilegio de sacerdotes y levitas.

27,4c El templo material puede ser observado (Sal 48,13-15); la belleza del Señor se contempla en una experiencia espiritual.

 27,7-8 El texto es difícil, y los autores cambian la vocalización o el orden. En efecto: "buscad mi rostro" sólo lo puede decir el Señor: cfr. Os 5,15; 2 Cor 7,14. Yo traslado y tomo esa frase como texto de "respóndeme"; y coordino dos verbos de dcir: "respóndeme - le dice mi corazón". El orante quiere escuchar de Dios la invitación que normalmente dirige a la comunidad; al oírla, replica que ya la está cumpliendo, que la cumpla también el Señor.

27,9 La "ira" responde al pecado y anula confianza. Con todo, el salmista no confiesa pecados ni pide perdón; solamente deja pasar por la mente y salir por los labios, para conjurarla, esa terrible posibilidad.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

El tema de la confianza en Dios adquiere urgencia y validez renovadas por la revelación de la paternidad de Dios y la victoria de Cristo. Véase Jn 14,1s; 16,3; Lc 11,13; 1 Cor 1,3-5.  


EVANGELIO.  Marcos 6,14-29.


Miedos de Herodes y muerte de Juan Bautista (Mt 14,1-12; Lc 9,7-9)'
14Como su fama se había extendido, llegó a oídos del rey Herodes. Unos decían:
-Juan Bautista ha resucitado de la muerte y por eso las potencias actúan por su medio.
15Otros, en cambio, opinaban: 
-Es Elías.
Otros, por su parte, decían:
-Es un profeta comparable a los antiguos. 
16Pero Herodes, al oírlo, decía:
-Aquel Juan a quien yo le corté la cabeza, ése ha resucitado.    
17Porque el tal Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, debido a Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con la que se había casado. 18Porque Juan le decía a Herodes:
-No te está permitido tener como tuya la mujer de tu hermano.
19Herodías, por su parte, se la tenía guardada a Juan y quería quitarle la vida, pero no podía; 20porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo tenía protegido. Cuando lo escuchaba quedaba perplejo, pero le gustaba escucharlo.
21Llegó el día oportuno cuando Herodes, por su aniversario, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a los notables de Galilea. 22Entró la hija de la dicha Herodías y danzó, gustando mucho a Herodes y a sus comensales. El rey le dijo a la muchacha:
-Pídeme lo que quieras, que te lo daré.  
23Y le juró repetidas veces:
-Te daré cualquier cosa que me pidas, incluso la mitad de mi reino.
24Salió ella y le preguntó a su madre: 
-¿Qué le pido?
La madre le contestó:
-La cabeza de Juan Bautista.
25Entró ella enseguida, a toda prisa, adonde estaba el rey, y le pidió:
-Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.
26El rey se entristeció mucho, pero, debido a los juramentos y a los convidados, no quiso desairarla. 27El rey mandó inmediatamente un verdugo, con orden de que le llevara la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, 28le llevó la cabeza en una bandeja y se la dio a la muchacha: y la muchacha se la dio a su madre.
29 Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro.
Explicación.


(6,14-29): Las opiniones sobre Jesús lo asimilan a figuras de! pasado, sin comprender la novedad de su mensaje ni la calidad de su persona. Opinión de Herodes (14-17). La muerte de Juan, e! predicador del cambio de vida, se debió a la denuncia del adulterio público de Herodes y Herodías, pero este adulterio sirve de trasfondo a la infidelidad a Dios de los dirigentes judíos, llamada «adulterio» por los profetas: los notables de Galilea están en e! banquete de Herodes (21), perseguido de Juan {no en el banquete mesiánico, 2,15), reconociéndolo por rey legítimo. Estos son «los herodianos» (3,6; 8,15; ~2.'13). En el plano figurado, Herodías, la adúltera, representa a estos dirigentes, la hija, al pueblo sin voluntad propia y juguete en sus manos (paralelos con la hija de Jairo: 5,35 y 6,22: hija; 5,41.42 y 6,28: muchacha). Juan no habría denunciado solamente la inmoralidad personal de Herodes, sino el connubio entre los dirigentes judíos y el poder del tirano. La muerte de Juan a manos de! poder civil, por instigación del poder judío (Herodías), preludia la muerte de Jesús.   

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