2 OPCIONES.
1ª OPCIÓN.
PRIMERA LECTURA. Génesis 1,1-19.
La Creación (Sal 104; Eclo 43; Prov 8,22-30).
1Al principio creó Dios el cielo y la tierra.
2La tierra era un caos informe; sobre la faz del abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.
3Dijo Dios:
-Que exista la luz.
Y la luz existió.
4Vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de la tiniebla: 5llamó Dios a la luz "día", y a la tiniebla "noche".
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero.
6Y dijo Dios:
-Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas.
7E hizo Dios la bóveda para separar las aguas de debajo de la bóveda, de las aguas de encima de la bóveda. Y así fue.
8Y llamó Dios a la bóveda "cielo".
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo.
9Y dijo Dios:
-Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo sitio, y que aparezcan los continentes.
Y así fue.
10Y llamó Dios a los continentes "tierra", y a la masa de las aguas la llamó "mar".
Y vio Dios que era bueno.
11Y dijo Dios:
-Verdee la tierra hierba verde que engendre semilla y árboles frutales que den fruto según su especie y que lleven semilla sobre la tierra.
Y así fue.
12La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla según su especie.
Y vio Dios que era bueno.
13Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero.
14Y dijo Dios:
-Que existan lumbreras en la bóveda del cielo para separar el día de la noche, para señalar las fiestas, los días y los años; 15y siervan de lumbreras en la bóveda del cielo para alumbrar la tierra.
Y así fue.
16E hizo Dios las dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir el día, la lumbrera menor para regir la noche, y las estrellas. 17Y las puso Dios en la bóveda del cielo para dar luz sobre la tierra; 18para regir el día y la noche, para separar la luz de la tiniebla.
Y vio Dios que era bueno.
19Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto.
Explicación.
1,1-2,4a. El autor toma la imagen del mundo tal como la veía la ciencia de entonces. La simplifica y estiliza en seres y grupos elementales. División y oposición son principio de orden y armonía (Eclo 33,7-15), clasificación y nomenclatura son principios de conocimiento organizado. Esa visión empírica es proyectada globalmente al momento del primer existir, y allí aparecen en acción dos principios dinámicos: el aliento de Dios, que incuba y transforma el caos en cosmos, y la palabra soberana de Dios, que da orden de existir, asigna puesto y nombre, bendice.
Para la realización literaria el autor opera con breves fórmulas, que repite con calculada diversidad. La composición está regida por dos principios numéricos: el diez del decir de Dios y el siete de los días; entre éstos ocupan puesto clave el primero, el cuarto y el séptimo: luz, astros, descanso. La semana de seis días laborables y uno de descanso (división del mes lunar) se proyecta al tiempo primordial, presentando la acción de Dios a imagen del hombre (Éx 20,11). La analogía hace resaltar la diferencia: la acción de Dios es soberana y eficaz, las obras son el universo, la tarea es perfecta.
Dios es el soberano que da órdenes y se cumplen, es el artesano que ejecuta y contempla complacido la obra bien hecha, es el poeta que pronuncia los nombres primigenios. Por la acción de Dios y su aprobación auténtica, toda la creación y sus partes es buena y bella, armoniosa y no confusa. Dios crea algunos seres individuales y únicos, otros según su especie, de modo que se prolongue y crezca por la fecundidad, en una forma de creatividad delegada.
La corona de todos es el hombre, imagen de Dios por señoríos recibido (Sal 8), quizá como interlocutor en la tierra de Dios; varón y hembra como sede de fecundidad compartida y como primera célula social. Puede compararse este poema hierático con otros de tema semejante: Sal 104 y 148; Eclo 43; y numerosas referencias al Dios Creador: por la palabra y el aliento Sal 33; Jn 1, con la colaboración de la Sabiduría trascendente Prov 8.
1,1. "Cielo y tierra" componen la totalidad, equivalente a universo (cfr. Sal 115,16).
1,2. Caos y tiniebla representan imaginativamente el no ser. En vez de "aliento de Dios" otros traducen como superlativo "un viento impetuoso": más probablemente la primera, según Sal 33 y Eclo 24,3. 2 Cor 4,6: es una luz que trasciende las lumbreras del cuarto día.
1,4. Is 45,7.
1,6. Sal 19,2.
1,9,. Sal 24,2; 33,7.
1,11. Hierba y árboles abarcan el mundo vegetal entero. Sal 65,10-14.
1,14. Hay una discusión implícita, entre un tiempo de una semana trascendente, y el tiempo que inauguran y articulan cíclicamente el sol y la luna. "Lumbreras": no luz ni divinidades (cfr. Dt 4,19; Job 31,26).
SALMO. 104,1-2.5-6.10.12.24.35.
(Eclo 43)
1Bendice, alma mía, al Señor:
Señor Dios mío, eres inmenso.
Te revistes de belleza y majestad,
2la luz te envuelve como un manto.
Despliegas los cielos como una tienda,
5Asentaste la tierra sobre su cimiento
y no vacilará nunca jamás.
6La cubriste con el vestido del océano;
y las aguas asaltaron las montañas.
10De los manantiales sacas torrentes
que fluyen entre los montes;
12Junto a ellos habitan las aves del cielo
Desde las frondas envían su canción.
24¡Cuántas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con maestría:
la tierra está llena de tus criaturas!
35Que se acaben los pecadores en la tierra,
que los malvados no existan más.
Bendice, alma mía, al Señor. Aleluya.
Explicación.
104,1 b-2a Como en Gn 1, la primera criatura mencionada es la luz; pero ¡qué diversa es la función! Aquí es un manto que revela la majestad.
104,2b-3a Corresponde a la segunda criatura de Gn 2. Pero, en vez de "firmamento" o bóveda, aparece un pabellón con salones superiores, por encima de las agua celestes.
104,5-6 El tercer día de Gn 1 se emplea en separar la tierra firme del mar. Lo mismo aquí. El formidable fehom queda reducido a vestidura: la tierra se viste de océano. Algunos interpretan 6b: "las aguas estaban sobre las montañas"; pero no es ése el significado normal del verbo, y además, el reproche que sigue presupone una conducta reprochable. Pero no excluyo una alusión al diluvio (9).
104,10-12 Estos tres versos son en el AT lo más cercano a un intento de paisaje literario, en pinceladas sin desarrollar. El paisaje está animado y regido por el agua: el poeta la ve brotar en manantiales, fluir entre montañas, atraer animales sedientos, regar árboles donde anidan y cantan pájaros.
104,24 Las "obras" incluyen toda la variada actividad divina. "Maestría" es el saber hacer, la sabiduría del artesano. "La tierra está llena": Is 45,18. El salmo no habla del desierto inhabitado.
104,35 Verso inesperado. Algo turba la armonía y belleza de la creación: los pecadores, los malvados. Si se pudieran desterrar de esta tierra maravillosa ...
Transposición cristiana.
Podemos leer o cantar este salmo a la luz de Jesucristo glorificado. Como maestros tomaremos a los místicos, a San Juan de la Cruz.
EVANGELIO. Marcos 6,53-56.
53 Atravesaron hasta tocar tierra, llegaron a Genesaret y atracaron.
Curaciones (Mt 14,34-36)
54Al bajar ellos de la barca, algunos lo reconocieron y, en seguida, 55recorriendo toda aquella comarca, empezaron a transportar en camillas a los que se encontraban mal, hasta donde oían que estaba.
56En cualquier parte que entraba, aldeas, pueblos o caseríos, colocaban a los enfermos en las plazas y le rogaban que los dejase tocar aunque fuera el borde de su manto; y cuantos lo tocaron obtuvieron la salud.
EXPLICACIÓN.
De hecho, no llegan a Betsaida, sino a Genesaret, en territorio judío (53).
(6,54-56). Las curaciones continúan la de la mujer con flujos (5,27s.34: tocar, curarse/salvarse); es decir, muchos marginados encuentran vida en la alternativa de Jesús.
2ª OPCIÓN.
Primera Lectura. Isaías 66,10-14
10Festejad a Jerusalén,
gozad con ella, todos los que la amáis;
alegraos de su alegría
los que por ella llevasteis luto;
11mamaréis a sus pechos
y os saciaréis de sus consuelos,
y apuraréis las delicias
de sus ubres abundantes.
12Porque así dice el Señor:
Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz;
como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones.
Mamaréis, os llevarán en brazos,
y sobre las rodillas os acariciarán;
13como a un niño a quien su madre consuela,
así os consolaré yo.
14Al verlo se alegrará vuestro corazón
y vuestros huesos florecerán como un prado;
la mano del Señor se manifestará a sus siervos,
y su cólera, a sus enemigos.
Explicación.
66,7-14 Sin transición, se presenta el segundo cuadro de restauración (el primero en 65,17-25). Montado sobre una escena doméstica, consigue una contagiosa intensidad de sentimiento. Una madre, antes de lo esperado, da a luz; los vecinos y los demás hijos la felicitan; ella da el pecho; el marido le trae regalos y acaricia a las criaturas. El gozo es como savia que los hace crecer. Al llegar de improviso el gozo, todo son preguntas de sorpresa alborozada. El tema de la fecundidad, apuntado en 54,1, alcanza aquí su expresión culminante. Es una maravilla este nacer simultáneo de todo un pueblo, cuando tan trabajoso fue el nacimiento de los doce padres de las tribus (Gn 30) y uno costó la vida a la madre (Gn 35,16-21). Aquí todo es fácil, rápido, abundante.
Salmo. Judit 13,18-19
18Y Ozías dijo a Judit:
<<Que el Altísimo te bendiga, hija,
más que a todas las mujeres
de la tierra.
Bendito el Señor,
creador del cielo y tierra,
que enderezó tu golpe contra
la cabeza del general enemigo.
19Los que recuerden
esta hazaña de Dios
jamás perderán la confianza
que tú inspiras.
Explicación.
13,18 El primer verso es como la bendición de Melquisedec Gn 14,19-20; el segundo como la alabanza de Yael, Jue 5,24: "Bendita entre las mujeres, Yael... bendita entre las que habitan en tiendas". En la tradición cristiana estos versos de Ozías se han aplicado a María, enlazando "la cabeza del enemigo" con la cabeza de la serpiente de Gn 3,15.
Evangelio. Juan 2,1-11
EL DÍA DEL MESÍAS (2,1-11,54) CICLO DE LAS INSTITUCIONES (2,1-4,46a)
Caná: Sustitución de la alianza.
1. Al tercer día hubo una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús:
2. y fue invitado Jesús, como también sus discípulos, a la boda.
3. Faltó el vino, y la madre de Jesús se dirigió a él:
- No tienen vino.
4. Jesús le contestó:
- ¿Qué nos importa a mí y a ti, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.
5. Su madre dijo a los sirvientes:
- Cualquier cosa que os diga, hacedla.
6. Estaban allí colocadas seis tinajas de piedra destinadas a la purificación de los Judíos; cabían unos cien litros en cada una.
7. Jesús les dijo:
- Llenad las tinajas de agua.
Y las llenaron hasta arriba.
8. Entonces les mandó:
- Sacad ahora y llevadle al maestresala.
Ellos se la llevaron.
9. Al probar el maestresala el agua convertida en vino, sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), llamó al novio
10. y le dijo:
- Todo el mundo sirve primero el vino de calidad, y cuando la gente está bebida, el peor; tú, el vino de calidad lo has tenido guardado hasta ahora.
11. Esto hizo Jesús en Caná de Galilea, como principio de las señales manifestó su gloria, y sus discípulos le dieron su adhesión.
Explicación.
1-11. La antigua alianza, simbolizada por la boda en que falta el vino, va a ser sustituida
por la nueva, en la que se dará el vino del Espíritu (Cant 1,2; 7,10; 8,2: el vino, símbolo del amor). Es decir, Jesús va a inaugurar una nueva relación del hombre con Dios, que no estará mediatizada por la Ley (1,17), sino creada por la posesión del mismo Espíritu de Dios, impulso de vida/amor, que hace al hombre/hijo semejante a Dios/su Padre. Jesús, el nuevo Esposo (1,15.30) o centro de la nueva comunidad humana, anuncia el cambio, que tendrá lugar cuando llegue su hora, la de su muerte (4).
Se completa la sucesión de días (1,29.35.43). Al tercer día (1) = dos días después. Sumando estos dos días a los cuatro antes mencionados, resulta que Jesús va a desarrollar su actividad el día sexto, el de la creación del hombre (Gn 1,26-31); este símbolo temporal indica que la obra de Jesús va a dar remate a esa creación. La expresión al tercer día (pasado mañana) alude también a Éx 19,10.11.15.16, donde anuncia la teofonía del Sinaí (Éx 20,1-21; Jn 2,11) y a Os 6,2; al tercer día nos resucitará y viviremos en su presencia. Así, el día sexto será el mismo tiempo el de la creación terminada, el de la alianza nueva en que el Espíritu sustituirá a la Ley (1,17) y el de la resurrección o vida definitiva.
Jesús no pertenece a la antigua alianza, asiste a la boda como invitado. La madre si pertenece, pero reconoce al Mesías y espera en él; expone a Jesús la situación (2-3). Jesús le indica la necesidad de romper con el pasado (4); su obra no se apoya en las antiguas instituciones, trae una novedad radical. Nunca un hijo llamaba mujer a su madre; la madre, mujer casada o esposa (Mt 1,20.24; 5,32; Mc 10,2), representa, bajo la figura de la esposa de Dios, al pueblo fiel de la antigua alianza (19,26; 4,21; 20,15) que espera el cumplimiento de las promesas (figura femenina en paralelo con la masculina de Natanael, 1,48). Ella exhorta a los que colaboran con Jesús a ser fieles a la nueva alianza (Éx 19,8; 24,37) (4-5).
Las tinajas de piedra (6) , en el centro de la narración, representan la Ley (Éx 31,18; 32,15; Dt 4,3, etc.: tablas de piedra); ésta representa a un Dios susceptible que rompe por cualquier motivo su relación con el hombre (impureza), ocultando el amor de Dios; obsesiona al hombre con su indignidad y le promete restablecer la relación del hombre con Dios (purificación). No contienen agua (las llenarán por orden de Jesús), la promesa de purificación es falsa. Seis, número de lo incompleto y provisional.
Al hacer llenar las tinajas de agua (7) indica Jesús que él va a dar la verdadera purificación. El maestresala o jefe del banquete (8) es figura de los dirigentes de Israel. Jesús ordena que saquen de las tinajas y le ofrezcan. Al ofrecérsela, el agua se convierte en vino (el amor produce la purificación y da acceso a Dios) (9).
El maestresala no reconoce el don mesiánico (10), el del amor/Espíritu que une al hombre con Dios (1,17). Protesta del orden en que se dan los vinos: lo antiguo debe ser lo mejor; para él la situación pasada es la definitiva. No acepta el cambio de la alianza.
Jn anuncia una serie de señales que realizará Jesús. La de Caná es principio, prototipo y clave de interpretación de las que seguirán; ha manifestado la gloria/amor de Jesús, cuya experiencia funda la fe/adhesión a él.
Síntesis: La obra de Jesús va a consistir en dar al hombre una capacidad de amar (el Espíritu) que lo lleve a la plena personalización (semejanza con Dios). Esto creará una nueva relación entre Dios y el hombre, la de sintonía (Padre/Hijo), que infundirá una fuerza de vida que supera la muerte y hará innecesaria toda institución mediadora.
Los Israelitas fieles (la madre) pensaban que el Mesías había de renovar la alianza antigua, pero aceptan el cambio que Jesús propone. Los jefes religiosos, en cambio, rechazan de plano semejante cambio, que supondría la autonomía del pueblo y el fin de las instituciones que ellos manejan.
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