2 OPCIONES.
1ª OPCIÓN.
PRIMERA LECTURA. 1 Timoteo 1,1-2.12-14.
1Pablo, apóstol del Mesías Jesús por disposición de Dios, nuestro salvador, y de Jesús Mesías, nuestra esperanza, 2a Timoteo, hijo legítimo en la fe.
Te deseo el favor, la misericordia y la paz de Dios Padre y el Mesías Jesús, Señor nuestro.
12Qué agradecido estoy al que me dio fuerzas, al Mesías Jesús Señor nuestro, por la confianza que tuvo en mí al designarme para su servicio; 13en mí, antes un blasfemo, perseguidor e insolente. A pesar de eso, como lo hacía con la ignorancia del que no cree, Dios tuvo misericordia de mí; 14y se desbordó la generosidad de nuestro Señor, dándome fe y amor cristiano.
Explicación.
Remitente y destinatario. La mención del título de apóstol es propia de las cartas solemnes a comunidades (Rom, 1 y 2 Cor, Gál, Ef, Col); en otras más familiares (Flp, 1 y 2 Tes, Flm) está ausente. De hecho, en la antigüedad las cartas personales llevaban fórmulas introductorias muy breves. Sorprende, pues, que en esta carta y en las otras dos pastorales, dirigidas a individuos, el autor subraye la misión de apóstol de Pablo. Saludo (1-2).
Pablo recuerda su conversión, no para fundar su misión de apóstol (cf. Gál 1,13-17), sino para dar un ejemplo de la paciencia de Dios con los pecadores (12-16).
SALMO. 16,1-2.5.7-8.11
1 ¡Guárdame, Dios, que me refugio en ti!
2 Declaro:
al Señor,
Tú eres mi dueño,
no tengo bien fuera de ti.
5 El Señor es la porción de mi lote y de mi copa;
tú controlas mi suerte:
7 Bendigo al Señor que me aconseja,
aun de noche me instruyen mis entrañas.
8 Pongo siempre al Señor ante mí,
con él a mi derecha no vacilaré.
11 me enseñarás un camino de vida,
me colmarás de gozo en tu presencia,
de delicias perpetuas a tu diestra.
Explicación.
16,1 El comienzo es una variante de comienzo convencional. Se dirige al Dios supremo, ´el , como "guardián": cfr.. Sal 121.
16,2 El femenino "bien" aplicado al Señor es excepcional; puede estar inducido por el tema de la tierra; cfr. Sal 65,12; 68,11. Otros leen pregunta retórica así: "mi dicha ¿no está en ti?".
16,5 En el reparto de la tierra los levitas no reciben un lote, pues deben vivir del templo: Nm 18,20s; Dt 10,9; 18,1.
Este verso pesa mucho en la reconstrucción del comienzo.
16,7 El Señor es mi consejero personal. A su consejo reacciona la intimidad más honda, "los riñones" como sede de pasiones, como zona semiconsciente que el Señor sondea e ilumina. Es fórmula excepcional.
16,8 También excepcional por el verbo tan escogido y por ser el orante sujeto: la presencia de Dios se hace constante en la conciencia. Véase en contraste Ez 14,3. "Vacilar": en el supuesto, sacerdotal, o en la posición, vital.
16,11 Aunque bien establecido, se encuentra en camino: vivir es progresar hacia un término positivo: gozo, saciedad, delicias sin fin. Moisés pidió al Señor que le mostrara el camino, y el Señor accedió (Éx 33,13); pidió ver su gloria, y el Señor le enseño su bondad, no su rostro (Éx 33,18-20). El orante del salmo comienza con la "bondad"; al final Dios le enseña el camino y muestra su rostro. Más allá no queda nada.
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.
Aplican el salmo a Cristo resucitado. Hch 2,24 y 13,34. Pronunciado por Cristo, con variedad de aplicaciones, puede ser pronunciado por el cristiano con la esperanza segura de su resurrección.
EVANGELIO. Lucas 6,39-42.
39 Y añadió una comparación:
- ¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?
40 Un discípulo no es más que su maestro, aunque, terminado el aprendizaje, cada uno le llegará a su maestro.
41 ¿Por qué te fijas en la mota del ojo de tu hermano y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?
42 ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, deja que te saque la mota del ojo", sin fijarte tú en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita!, sácate primero la viga de tu ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.
Explicación.
Actitud del discípulo. Dicho proverbial (39). Ser igual al maestro, no en el mero saber, sino en la práctica del mensaje (el amor expuesto en la parte anterior): Jesús, el Hombre-Dios, espera que los suyos lleguen a su altura (cf. Jn 13,44) (40). Conducta inmadura: corregir a otros sin ver los propios defectos; la ceguera, la viga: la falta de amor (41s).
2ª OPCIÓN.
Primera Lectura. Efesios 4,1-7.11-13
1En consecuencia, un favor os pido, yo, el prisionero por el Señor: Que viváis a la altura del llamamiento que habéis recibido; 2sed de los más humilde y sencillo, se pacientes y conllevaos unos a otros con amor. 3Esforzaos por mantener la unidad que crea el Espíritu, escuchándola con la paz. 4Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una es también la esperanza que os abrió su llamamiento; 5un Señor, una fe, un bautismo, 6un Dios y un Padre de todos, que está sobre todos, entre todos y en todos.
7Pero cada uno hemos recibido el don en la medida en que el Mesías nos lo dio.
11Y así, fue él quien dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros, 12con el fin de equipar a los consagrados para la tarea del servicio, para construir el cuerpo del Mesías, 13hasta que todos sin excepción alcancemos la unidad que es fruto de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, la edad adulta, el desarrollo que corresponde al complemento del Mesías.
Explicación.
El tema de la unidad, expuesto anteriormente, lleva a la exhortación. La unidad es fruto del Espíritu y exigencia ineludible del llamamiento cristiano. La actitud de humildad y amor paciente es esencial, para impedir que la unidad sea destruida por los defectos ordinarios (2-3). Motivos profundos de la unidad (4-5); sobre todos, gr. epi pántôn, cf. Rom 9,5; entre todos, gr. dia pántôn, expresa una relación con todo el cuerpo de la comunidad, a través de la cual se difunden el influjo y la fuerza de Dios; en todos, gr. en pâsin, más individual, indica la habitación de Dios en cada uno (6).
Pasa de la relación con la comunidad como un todo a la relación con los individuos. La unidad no significa uniformidad; es dinámica, fruto de la colaboración de todos en la tarea común, cada uno con el don que ha recibido (7).
Los dones miran a la construcción de la nueva comunidad humana, el cuerpo/pueblo del Mesías. Apóstoles no designa a los Doce, sino a todos los que tienen el carisma de fundar comunidades y educarlas en la fe; profetas, los que, inspirados por el Espíritu, transmiten a la comunidad mensajes del Señor; evangelistas, predicadores itinerantes; pastores, responsables que cuidad de la comunidad (cf. 1 Pe 2,25, de Jesús); maestros, los que proponen y explican el mensaje de Jesús. Unidad, madurez, desarrollo pleno, cuya meta es la condición de Jesús Mesías (11-13).
Salmo. 40,2.4.7-11
2 Yo esperaba con ansia al Señor:
se inclinó a mí y escuchó mi grito.
4 Me puso en la boca un canto nuevo
de alabanza a nuestro Dios.
Muchos al verlo quedaron sobrecogidos
y confiaron en el Señor.
7 Sacrificios y ofrendas no los quieres;
me has cavado oídos;
no pides holocaustos ni víctimas expiatorias.
8 Entonces yo digo: "aquí he venido".
En el texto del rollo se escribe de mí
9 que he de cumplir tu voluntad:
y yo lo quiero, Dios mío,
llevo tu instrucción en las entrañas.
10 He proclamado el derecho
a una asamblea numerosa.
No he cerrado los labios,
Señor, tú lo sabes.
11 No me he guardado en el pecho tu justicia,
he anunciado tu verdad y tu salvación,
no he negado tu lealtad y fidelidad
a la asamblea numerosa.
Explicación.
40,2-4 El comienzo es una secuencia en cuatro escenas rápidas. Un hombre se debate en el lodo de una ciénaga, que amenaza tragárselo aprovechando sus esfuerzos; grita. Alguien lo saca y coloca sus pies en roca firme. Al sentir la solidez bajo los pies, rompe a cantar de gozo y agradecimiento. Un grupo que asistía expresa su confianza en el liberador.
40,2 La forma enfática traduce la expectación, casi la impaciencia del aguardar.
40,4 "Poner en la boca" es fórmula de alcance profético: Dt 18,18; Jr 1,9; 5,14.
40,7-9 Es importante apreciar paralelismos y correlaciones. En esquema: sacrificios / holocaustos, oídos / escrito, vengo / quiero. El primero es un merismo que abarca el culto. El segundo sugiere un encargo oral y uno escrito. El tercero es correlativo del anterior y se articula en dos piezas complementarias: el acto de presentarse y la disponibilidad para ejecutarlo.
40,7 Los sacrificios se relativizan (Eclo 34,18-35,26). "Cavar los oídos" es metáfora única. La imagen parece fijarse en la hondura corporal que abre el oído hacia el interior del hombre: compárese con Is 50,4s.
40,8b-9 Lo que más interesa del texto es la asimilación del encargo y por implicación del tema. Lo que estaba en un "escrito", pasa a estar "en las entrañas"; el texto de la proclamación está amorosamente asimilado. Compárese con Ez 3,3.
40,10-11 La proclamación se enuncia en cuatro verbos y seis sustantivos. El insistir en formas negativas, el apelar al testimonio de Dios, hace sospechar algún riesgo en el encargo, como si algo grave indujera al silencio. El verbo positivo, "evangelizar", significa en la vida civil anunciar una buena noticia. Es típico del profeta del destierro, que también tropezaba con resistencia y hostilidad: Is 40,9; 41,27; 52,7 y 60,6; 61,1; Sal 96,2. El "derecho" recurre también en Is 41,2-10; 42,6.21; 45,19; 51,1.5.7. Los otros sustantivos, con posesivo "tu", pertenecen a una tradición ancha, también presente en el salterio.
Ahora imaginemos que ha comenzado la predicación, que provoca resistencia, oposición, persecución; el orante invoca el auxilio de quien le encomendó la tarea. Es lo que sigue en 12-18.
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.
La carta a los Hebreos recoge y comenta la parte central del salmo, según la versión griega de los LXX. En vez de "me cavaste oídos", dice "me aparejaste un cuerpo"; traduce "rollo" por "título". De este modo opone el autor a los sacrificios antiguos la entrega del Mesías. De aquí arranca el uso de los antiguos de poner todo el salmo en boca de Cristo y después en boca de la Iglesia.
Evangelio. 2 OPCIONES. Marcos 4,1-10.13-20 o 4,1-9.
1De nuevo empezó a enseñar junto al mar. Se congregó alrededor de él una multitud grandísima; él entonces se subió a una barca y se quedó sentado, dentro del mar. Toda la multitud se quedó en la tierra, de cara al mar, 2y se puso a enseñarles muchas cosas con parábolas. En su enseñanza, les dijo:
3-¡Escuchad! Una vez salió el sembrador a sembrar. 4Sucedió que, en la siembra, algo cayó junto al camino;
llegaron los pájaros y se lo comieron. 5Otra parte cayó en el terreno rocoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida, 6pero cuando salió el sol se abrasó y, por falta de raíz, se secó. 7Otra cayó entre las zarzas: brotaron las zarzas, la ahogaron, y no llegó a dar fruto. 8Otros granos cayeron en la tierra buena: a medida que brotaban y crecían fueron dando fruto, produciendo treinta por uno y sesenta por uno y ciento por uno.
9Yañadió:
-¡Quien tenga oídos para oír, que escuche!
Aparte de Jesús con sus seguidores (Mt 13,10-23; Lc 8,9-18)
10Cuando se quedó a solas, los que estaban en torno a él ) le preguntaron con los Doce la razón de usar parábolas.
13Les dijo además:
-¿No habéis entendido esa parábola? Entonces, ¿cómo vais a entender ninguna de las otras? 14El sembrador siembra el mensaje. Estos son «los de junto al camino»: aquellos donde se siembra el mensaje, pero, en cuanto lo escuchan llega Satanás y les quita el mensaje sembrado en ellos. 16Estos son «los que se siembran en terreno rocoso»: los que, cuando escuchan el mensaje en seguida lo aceptan con alegría, 17pero no echa raíces en ellos, son inconstantes: por eso, en cuanto surge una dificultad o persecución por el mensaje, fallan. 18Otros son «los que se siembran entre las zarzas»: éstos son los que escuchan el mensaje, 19pero las preocupaciones de este mundo la seducción de la riqueza y los deseos de todo lo demás van penetrando, ahogan el mensaje y se queda estéril. 20y ésos son «los que se han sembrado en la tierra buena»: los que siguen escuchando el mensaje, lo van haciendo suyo y van produciendo fruto: treinta por uno y sesenta por uno y ciento por uno.
Explicación.
(4,1-9): Jesús no se acobarda ante la oposición oficial y vuelve a enseñar en público. El mar, paso a los pueblos paganos (cf. 1,16; 2,13; 3,7a). Mientras enseña a un grupo, se acerca una gran multitud, necesariamente de descontentos con el sistema, con el que Jesús ha roto públicamente, pero penetrada aún por la ideología del judaísmo (se congregó, cf. 1,33). Jesús interrumpe su enseñanza, sube a una barca (no suya) y comienza de nuevo a enseñar, pero de otra manera, como había hablado a los letrados (3,23: comparaciones/parábolas). Tiene así en cuenta la ideología de la multitud, que ve en él un caudillo para su lucha contra el sistema injusto y capaz de liberar a Israel de la opresión.
Comenzar por una exposición abierta del mensaje, basado en la entrega personal y en la constitución de una sociedad nueva y universal, la alejaría para siempre. La asimilación, si se produce, ha de ser lenta. La exhortación inicial: Escuchad (3), recuerda la llamada a Israel de Dt 6,4. El sembrador representa a Jesús.
(4,10-25): Aparte de Jesús con sus seguidores. Aparecen los dos grupos: a) los Doce (= Israel mesiánico, cf. 3,13-19) Y b) los que estaban en torno a él (los seguidores no israelitas, cf. 3,32.34).
Estos últimos se unen a los Doce para preguntar a Jesús el motivo de hablar en parábolas. Piensan que el mensaje es accesible a la multitud; no ven diferencia entre ellos y la gente (10). Jesús les indica la diferencia. El secreto del reino de Dios ha sido expuesto en 2,1-3,12: admisión de los paganos en el Reino, cancelación del pasado pecador y creación del hombre nuevo por la fe en Jesús (2,1-13, paralítico); nueva comunidad que integra lo mismo a los israelitas que a los excluidos de Israel: igualdad de todos los pueblos, cesando el privilegio de Israel (2,14-17, Leví, en la casa); alianza nueva que hace caducar las instituciones de Israel (2,18-22, el novio/esposo); el hombre nuevo, por encima de la Ley (2,23-28); norma suprema, el bien del hombre; arriesgar la vida por procurarlo; ruptura con la institución judía que inutiliza al hombre (3,1-7a); se excluye la liberación por la violencia (3,7b-12). Los seguidores de Jesús habrían debido comprender esto; los de fuera (únicos destinatarios de las parábolas) no pueden comprenderlo a menos que se conviertan (= den su adhesión a Jesús) y sean liberados de su pasado (11-12). A menos que (12), según la interpretación rabínica del dilemá targúmico.
No han entendido la parábola, porque no se esperaban que Jesús hablase de disposiciones interiores, sino de acción exterior (13). Los cuatro terrenos son cuatro disposiciones del hombre ante el mensaje:
a) no lo deja penetrar (cf. 10,46ss) (Satanás, la ideología/ambición de poder lo neutraliza y no deja huella); b) lo acepta superficialmente, sin compromiso serio (cf. 14,27-31); c) no renuncia a la ambición de dinero (cf. 10,26); d) lo hace propio y da fruto (14-20).
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