PRIMERA LECTURA. Hebreos 1,1-6.
1En múltiples ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los Profetas. 2Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por un Hijo, al que nombró heredero de todo, lo mismo que por él había creado los mundos y las edades. 3Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser; él sostiene el universo con la palabra potente de Dios; y después de realizar la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de su Majestad en las alturas, 4haciéndose tanto más poderoso valedor que los ángeles cuanto más extraordinario es el título que ha heredado.
5Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo jamás: "Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy" (Sal 2,7), ni tampoco: "Y seré para él un padre y él para mí un hijo"? 6Además, en otro pasaje, cuando introduce en aquel mundo al primogénito, dice: "Adórenlo todos los ángeles de Dios" (Dt 32,43).
EXPLICACIÓN.
1-4. Diferencia entre la antigua revelación y la nueva o definitiva. La categoría Hijo se opone y supera a la de profeta. Los profetas, intermediarios; el Hijo, en cambio, poseedor de toda la riqueza de Dios (heredero de todo) y causa de la creación del mundo y de la historia. En esta etapa final: la teología del judaísmo pensaba que la edad presente dejaría lugar a otra futura y gloriosa; para los cristianos, la muerte-resurrección de Jesús fue un acontecimiento de tal importancia que marcó el cambio de época; los mundos y las edades traducen la doble acepción del gr. tôn aiônôn (1-2). Condición divina del Hijo (reflejo, impronta), su relación con el universo (sostiene el universo) y con los hombres (purificación de los pecados, es decir, supresión de los obstáculos a la relación con Dios); se sentó, cf. Sal 110,1; que ha heredado, cf. v.2: "heredero de todo". Se anuncia la primera parte (3-4).
Por su muerte y resurrección, la relación del Hijo con Dios es única, muy superior a la de los ángeles. Contraste:
Entre Hijo y cortesanos (5-6); dos textos, Sal 2,7 (posible alusión al bautismo de Jesús, cf. Mc 1,11) y 2 Sm 7,14, se aplican a Jesús para exaltar su figura; uno, Dt 32,43 a los ángeles, que aparecen como inferiores a él (transposición al Mesías de una adoración debida a Dios).
SALMO. 97;1-2, 6-7, 9
1EI Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
2Nubes y nubarrones lo rodean,
6Los cielos proclaman su justicia
y todos los pueblos contemplan su gloria.
7Se sonrojan los que adoran estatuas
y los que ponen su orgullo en los ídolos.
Ante él se postran los dioses.
9porque tú Señor, eres
Altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses.
Explicación.
97,1 "Islas"o costas: el mundo occidental mediterráneo; tema favorito de Isaías 11: 41, 1.5; 42,4.10.12; 49,1; 51,5.
97,2 Los "nubarrones" pueden ser parte del aparato teofánico: Dt 4,11; JI 2,2; Sof 1,15. El Señor se muestra ... encubierto. Para el estrado o basamento del trono: Prov 16, 12; 20,28; 25,5.
97,6 Los cielos hacen de testigos notariales: Sal 50,6. La "gloria" de la teofanía: compárese con Is 35,2; 40,5.
97,7 El fracaso y necedad de los idólatras se va convirtiendo en tema convencional: Is 42,17; 44,20; Jr 2,28.
97,9 Sal 47,3.
Transposición cristiana.
Heb 1,6 aplica a Cristo el v. 7 según la versión griega. Mt 25, 31-46 dramatiza en escena un juicio final. Lc 21,28 da a entender que para los elegidos será un momento de dicha.
EVANGELIO. Marcos 1,14-20.
(Mt 4,12-17; Lc 4,14-15)
14Cuando entregaron a Juan llegó Jesús a Galilea y se puso a proclamar la buena noticia de parte de Dios. 15Decía:
-Se ha cumplido el plazo, está cerca el reinado de Dios. Enmendaos y tened fe en esta buena noticia.
(Mt 4,12-17; Lc 4,14-15)
16 Yendo de paso junto al mar de Galilea vio a Cierto Simón y a Andrés, el hermano de Simón, que echaban redes de mano en el mar, pues eran pescadores. 17Jesús les dijo:
-Veníos conmigo y os haré pescadores de hombres.
18Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
19Un poco más adelante vio a Santiago el de Zebedeo y a Juan, su hermano, que estaban en la barca poniendo a punto las redes, 20e inmediatamente los llamó. Dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los asalariados y se marcharon con él.
EXPLICACIÓN.
14-15. Puente entre la introducción y el primer periodo: Jesús llega detrás de Juan (1,7), una vez terminada por la violencia la misión de éste. En Galilea, lejos del centro religioso y político del país. Se presenta como profeta, hablando de parte de Dios. La presencia del «Hombre», Jesús, comprometido por amor a los hombres a llevar su misión salvadora hasta la muerte, ha producido el cambio de época, la etapa definitiva de la historia (se ha cumplido el plazo); lo anterior queda superado de modo irreversible. La buena noticia (cf 1,1): la prometida intervención de Dios en la historia va a abrir la posibilidad de una sociedad nueva y justa, digna del hombre, la alternativa que Dios propone a la humanidad (aspecto social del reinado de Dios, la nueva tierra prometida); exige como condición de parte del hombre la renuncia a la injusticia (punto de partida) (enmendaos) y la confianza en que esa meta (punto de llegada) puede alcanzarse (tened fe).
Para comprender este evangelio es preciso tener presente los dos períodos en que se divide, según se indica en la introducción. Aquí empieza el primero de ellos, que abarca hasta 8,26.
16-20. El mar (no se llama «lago», para aludir al éxodo) de Galilea, frontera con el mundo pagano (16). Ante la perspectiva del reinado de Dios Jesús invita a colaborar con él en primer lugar a los círculos inquietos de Israel «pescar», «redes», connotaciones de conquista, Am 4,2; Jr 16,16), representados por dos parejas de hermanos (cf. Ez 47,13s, igualdad de los israelitas en el reparto de la tierra). Veníos conmigo, como Elías a Eliseo (1 Re 19,20s), aludiendo a la participación del Espíritu de Jesús (1,11). Pescadores de hombres, misión universal, cf. Ez 43,8s. Dos grupos sociales dentro del ambiente judío: el primero, representado por Simón y Andrés (hermanos = igualdad), sin patronímico y con nombres griegos, activo (echaban redes); el segundo, por Santiago y Juan, nombres hebreos, sometidos al padre y en situación privilegiada respecto a los asalariados (sociedad jerárquica); deseosos de actividad (poniendo a punto las redes).
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