domingo, 27 de octubre de 2019

6 DE DICIEMBRE


2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.

PRIMERA LECTURA: Isaías (29,17-24):

Salvación escatológica. (32,15-20).

17Pronto, muy pronto, el Líbano se hará un vergel,
el vergel parecerá un bosque;
18aquel día oirán los sordos las palabras del libro,
sin tinieblas ni oscuridad
verán los ojos de los ciegos;
19los oprimidos volverán a festejar al Señor
y los pobres se alegrarán con el Santo de Israel,
20porque no quedarán tiranos,
se acabarán los cínicos
y serán aniquilados
los que se desvelan por el mal;
21los que acusan a uno en un proceso,
ponen trampas
al que defiende en un tribunal
y con falsedades hunden al inocente.
22Pues bien, esto dice el Señor,
Dios de la casa de Jacob,
que redimió a Abrahán:
Ya no fracasará Jacob, no sentirá sonrojo;
23cuando vean lo que hace mi mano
en medio de ellos,
santificarán mi nombre,
santificarán al Santo de Jacob
y temerán al Dios de Israel.
24Los que habían perdido la cabeza,
comprenderán,
y los que protestaban, aprenderán la lección.

Explicación.

29,17-24. Este oráculo tardío de restauración pasa por encima de 15-16 para empalmar con lo que precede en 28,1-29,14 y en capítulos más lejanos. Las maldiciones precedentes serán abolidas. Comienza con una transformación de la naturaleza, que restaura la destrucción (10,33s); vienen después las mutilaciones físicas, abolidas también en su función simbólica (6,10; 28,12.14.23; 29,10); siguen las opresiones de la injusticia, sustituidas por el reino de la justicia (1,21-26; 11,4; 28,6); finalmente, el hombre se enfrenta con Dios gozosamente (8,13). Se acabarán tiranos y cínicos burlones (28,14-22; 29,5), los insensatos comprenderán (28,7.9.19), La síntesis de naturaleza transfigurada, sentidos corporales, sentido ético y sentido religioso es semejante a la de 11,1-9.

29,17 El tiempo escatológico es inminente en su misterio. El hombre no puede precipitar sus plazos (5,19), sino que debe esperar.

29,18 Podría referirse al libro de Isaías (8,16; véase 34,16).

29,19-20 Falta el jefe davídico de 11,4.

29,21 Véase Am 5,12.15.

29,22 Recordando los nombres de los patriarcas, da profundidad histórica a la historia; falta Isaac.

29,23 Los ojos iluminados reconocen en la historia la santidad de Dios, su trascendencia que se nos impone, imprevisible y acertada.

Sal 27,1.4.13-14

1 El Señor es mi luz y mi salvación:
¿a quién temeré?
el Señor es baluarte de mi vida:
¿de quién me asustaré?
4 Una cosa pido al Señor,
es lo que busco:
habitar en la casa del Señor
todos los días de mi vida;
contemplando la belleza del Señor,
observando su templo.
13 Yo en cambio espero gozar
de la dicha del Señor en el país de la vida.
14 -Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.

Explicación.

27,1 Los tres títulos de Dios son un programa. Luz: Sal 36,10: Salvación Sal 18,3.47; baluarte Sal 31,3.5. Sobre el temor: Jr 1,17; Is 51,12.

27,4b Coincide conel final del Sal 23. Habitar vitaliciamente en el templo es privilegio de sacerdotes y levitas.

27,4c El templo material puede ser observado (Sal 48,13-15); la belleza del Señor se contempla en una experiencia espiritual.
27,13 "Yo en cambio": fórmula hebrea muy dudosa. Algunos lo toman como juramento. Hay que colocar el segundo hemistiquio en paralelo con 4c: en vez de belleza, bondad, en vez de templo, tierra de los vivos.

27,14 ¿Quién pronuncia las frases? - Un sacerdote, un profeta cúltico, o una voz interior. Siendo texto de repertorio, la asignación queda abierta.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

El tema de la confianza en Dios adquiere urgencia y validez renovadas por la revelación de la paternidad de Dios y la victoria de Cristo. Véase Jn 14,1s; 16,3; Lc 11,13; 1 Cor 1,3-5.

EVANGELIO. Mateo (9,27-31):

27 Cuando se marchó de allí, al pasar lo siguieron dos ciegos pidiéndole a gritos:
                   - Ten compasión de nosotros, Hijo de David.
                   28 Al llegar a la casa, se le acercaron los ciegos; Jesús les preguntó:
                   - ¿Tenéis fe en que puedo hacer eso?
                   Contestaron:
                   - Sí, señor.
                   29 Entonces les tocó los ojos diciendo:
                   - Según la fe que tenéis, que se os cumpla.
                   30 Y se les abrieron los ojos. Jesús les avisó muy enserio:
                   - Mirad que nadie se entere.
                   31 Pero cuando salieron hablaron de él por toda aquella comarca.

EXPLICACIÓN.

27 - 31.          Hijo de David, le atribuyen un mesianismo nacionalista y violento (cf. 22,41-46), por eso están ciegos. Dar vista a los ciegos, figura de la liberación (Is 29,18ss; 35,5.10; 42,6s; 49,6.9s). Curarlos significa sacarlos de la ideología nacionalista encarnada en la interpretación de la Ley enseñada por los letrados.  

2ª OPCIÓN.

Primera Lectura. Isaías 6,1-8

1El año de la muerte del re Ozías vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo. 2Por encima de él había serafines erguidos, con seis alas cada uno: con dos alas se cubrían el rostro, con dos alas se cubrían el cuerpo, con dos alas se cernían. 3Y clamaban alternándose: ¡Santo, santo, santo, el Señor de los ejércitos, la tierra está llena de su gloria! 4Y temblaban los umbrales de las puertas al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo. 5Yo dije:
"¡Ay de mí, estoy perdido!
Yo, hombre de labios impuros
que habito en medio de un pueblo
de labios impuros,
he visto con mis ojos al rey
y Señor de los ejércitos".
6Y voló hacia mí uno de los serafines con un ascua en la mano, que había retirado del altar con unas tenazas; 7la aplicó a mi boca y me dijo:
"Mira: esto ha tocado tus labios,
ha desaparecido tu culpa,
está perdonado tu pecado".
8Entonces escuché la voz del Señor, que decía:
-¿A quién mandaré?,
¿quién irá de nuestra parte?
Contesté:

-Aquí estoy, mándame.

Explicación.

6,1-4 La teofanía crea una sensación de plenitud. La orla o haldas de una túnica cubren el templo, el humo lo llena, la gloria llena la tierra. Llenan y desbordan, porque el Señor no está circunscrito. El templo es escabel de la grandeza supracósmica, el humo vela y desvela, la tierra es templo gigantesco.

         El Señor está sentado en su trono, como rey. Su corte celeste son los serafines: se mantienen erguidos y se cubren respetuosamente. Entonan un canto alternante. Los ejércitos son los astros celestes. La teofanía, en vez de provocar un terremoto, hace que se estremezca el templo y se llene de humo (cfr. Ex 19; Sal 104,32).

6,5-7 El profeta siente su pequeñez limitada, incapaz de abarcar en vida la grandeza del Señor; siente más su limitación ética, su mancha y pecado, por el cual es solidario de todo el pueblo. La purificación es como rito eficaz que borra los pecados. Los labios son el órgano de la predicación profética.

6,8 La actividad profética es misión encomendada por Dios. El profeta toma la pregunta como dirigida a él, desafío e invitación, y se ofrece sin resistencia; no como Moisés o Jeremías (Ex 3-4).

Salmo. 40,2.4.7-11


2 Yo esperaba con ansia al Señor:
se inclinó a mí y escuchó mi grito.

4 Me puso en la boca un canto nuevo
de alabanza a nuestro Dios.
Muchos al verlo quedaron sobrecogidos
y confiaron en el Señor.


7 Sacrificios y ofrendas no los quieres;
me has cavado oídos;
no pides holocaustos ni víctimas expiatorias.
8 Entonces yo digo: "aquí he venido".
En el texto del rollo se escribe de mí
9 que he de cumplir tu voluntad:
y yo lo quiero, Dios mío,
llevo tu instrucción en las entrañas.
10 He proclamado el derecho
a una asamblea numerosa.
No he cerrado los labios,
Señor, tú lo sabes.
11 No me he guardado en el pecho tu justicia,
he anunciado tu verdad y tu salvación,
no he negado tu lealtad y fidelidad
a la asamblea numerosa.


Explicación.


40,2-4 El comienzo es una secuencia en cuatro escenas rápidas. Un hombre se debate en el lodo de una ciénaga, que amenaza tragárselo aprovechando sus esfuerzos; grita. Alguien lo saca y coloca sus pies en roca firme. Al sentir la solidez bajo los pies, rompe a cantar de gozo y agradecimiento. Un grupo que asistía expresa su confianza en el liberador.

40,2 La forma enfática traduce la expectación, casi la impaciencia del aguardar.


40,4 "Poner en la boca" es fórmula de alcance profético: Dt 18,18; Jr 1,9; 5,14.


40,7-9 Es importante apreciar paralelismos y correlaciones. En esquema: sacrificios / holocaustos, oídos / escrito, vengo / quiero. El primero es un merismo que abarca el culto. El segundo sugiere un encargo oral y uno escrito. El tercero es correlativo del anterior y se articula en dos piezas complementarias: el acto de presentarse y la disponibilidad para ejecutarlo.

40,7 Los sacrificios se relativizan (Eclo 34,18-35,26). "Cavar los oídos" es metáfora única. La imagen parece fijarse en la hondura corporal que abre el oído hacia el interior del hombre: compárese con Is 50,4s.

40,8b-9 Lo que más interesa del texto es la asimilación del encargo y por implicación del tema. Lo que estaba en un "escrito", pasa a estar "en las entrañas"; el texto de la proclamación está amorosamente asimilado. Compárese con Ez 3,3.

40,10-11 La proclamación se enuncia en cuatro verbos y seis sustantivos. El insistir en formas negativas, el apelar al testimonio de Dios, hace sospechar algún riesgo en el encargo, como si algo grave indujera al silencio. El verbo positivo, "evangelizar", significa en la vida civil anunciar una buena noticia. Es típico del profeta del destierro, que también tropezaba con resistencia y hostilidad: Is 40,9; 41,27; 52,7 y 60,6; 61,1; Sal 96,2. El "derecho" recurre también en Is 41,2-10; 42,6.21; 45,19; 51,1.5.7. Los otros sustantivos, con posesivo "tu", pertenecen a una tradición ancha, también presente en el salterio.
Ahora imaginemos que ha comenzado la predicación, que provoca resistencia, oposición, persecución; el orante invoca el auxilio de quien le encomendó la tarea. Es lo que sigue en 12-18.


Evangelio. Lucas 10,1-9


1 Después de esto el Señor designó a otros setenta y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
2 Y les dijo:
- La mies es abundante y los braceros pocos; por eso, rogad al Señor de la mies que mande braceros a su mies.
3 ¡En marcha! Mirad que os envío como corderos entre lobos.
4 No llevéis bolsa ni alforja ni sandalias y no os paréis a saludar por el camino.
5 Cuando entréis en una casa lo primero saludad: "Paz a esta casa";
6 si hay allí gente de paz, la paz que les deseáis se posará sobre ellos; si no, volverá a vosotros.
7 Quedaos en esa casa, comed y bebed de lo que tengan, que el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa.
8 Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed de lo que os pongan,
9 curad a los enfermos que haya y decidles: "Está cerca de vosotros el reinado de Dios".


Explicación.


Designación y misión. Ante el fracaso de los Doce (9,40.51-56), Jesús se decide a crear otro grupo de mensajeros para que le preparen el camino (1: designó a otros setenta, mejor que 72), según el número de naciones paganas (cf. Hch 6,1ss; los Siete), seguidores de origen no judío, Samaría, la puerta hacia el paganismo (en Mt y Mc, Galilea).

Instrucciones más extensas que a los Doce (cf. 9,3-5). La humanidad está madura para el mensaje; la petición a Dios los identificará con el objetivo de la misión y les obtendrá el impulso necesario para ella (2). Inermes ante la sociedad hostil (3: ovejas, lobos). No preocuparse por el sustento (12,22ss); sandalias, propias de gente acomodada; los saludos eran prolijos: urgencia de la misión (4). Portadores de paz (5-7). Pueblo/ciudad, figura de ambientes de mentalidad abierta, a diferencia de "aldea" (cf. 9,6). No ser exigentes ni hacer distinciones entre los alimentos: integración en la cultura (8). Curar y proclamar (cf. 9,2) (9).

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